El mandatario Rafael Correa llamó hoy jueves a los jóvenes progresistas de Ecuador y de América Latina a defender la continuidad de los procesos revolucionarios y las transformaciones alcanzadas hasta ahora.
Destacó que “los jóvenes son las manos, los corazones, las mentes que construyen día a día, con mucha esperanza y amor nuestra Patria Grande. Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta ideológica, como lo decía nuestro gran Salvador Allende. Las revoluciones deben ser jóvenes, de ideas nuevas y frescas, de rebeldía y alegría”.
Dijo esto en su discurso de 45 minutos durante la inauguración del Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-Juventudes), que se efectuó en Quito, en el auditorio del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), en el norte de la urbe.
Dicho encuentro durará 3 días y en él se intercambiarán experiencias de lucha revolucionaria en los países de la región, entre ellos, el de Ecuador.
Al evento acudieron 250 líderes y dirigentes juveniles de izquierda de 13 organizaciones de 9 países: Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina, México, Cuba, Nicaragua y el anfitrión Ecuador.
En este evento se ratificó el apoyo de los jóvenes al Gobierno de Correa, quien llamó a estar atentos a los golpes blandos de la restauración conservadora, de la cual señaló que ahora está articulada internacionalmente para tratar de derrocar a los gobiernos progresistas.
Explicó a los jóvenes que los golpes blancos tienen etapas: la de ablandamiento, que genera matrices de opinión a través de los medios de comunicación; de deslegitimación, que es la manipulación de los prejuicios ideológicos; de calentamiento en las calles, que busca generar conflictos y movilizaciones callejeras; y la de desestabilización que se relaciona con la organización de marchas y la toma de instituciones emblemáticas.
Indicó que 4 de esas 5 etapas aplica la derecha en el Ecuador, y que se lo puede evidenciar justamente con el cierre de carreteras y protestas. Por ello, indicó que eso debe ser rechazado pero no por la policía sino por la ciudadanía.
Refutó el juego que le hacen a la derecha los medios de comunicación en el objetivo de desestabilizador. A su vez, aclaró que no es que en Ecuador no haya libertad de expresión, sino que los medios ya no tienen impunidad y esos le duele y por esos “nos la tienen jurada”.
También se refirió al auge de organizaciones no gubernamentales (ong) que bajo el pretexto de no perseguir fines de lucro persiguen fines inconfesables contra gobiernos progresistas, financiados por la extrema derecha internacional.
Habló del ambientalismo colonial que defiende cierto sector de la oposición y la falsa izquierda, y pidió a los jóvenes estar alertas porque “nos quieren vender la paz del colonialismo”.
Invitó a los jóvenes “a ver claro, a sentir hondo y a obrar recio, para no dejarse engañar con discursos románticos, con cantos de sirena”.
Dijo esto en su discurso de 45 minutos durante la inauguración del Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-Juventudes), que se efectuó en Quito, en el auditorio del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), en el norte de la urbe.
Dicho encuentro durará 3 días y en él se intercambiarán experiencias de lucha revolucionaria en los países de la región, entre ellos, el de Ecuador.
Al evento acudieron 250 líderes y dirigentes juveniles de izquierda de 13 organizaciones de 9 países: Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, Argentina, México, Cuba, Nicaragua y el anfitrión Ecuador.
En este evento se ratificó el apoyo de los jóvenes al Gobierno de Correa, quien llamó a estar atentos a los golpes blandos de la restauración conservadora, de la cual señaló que ahora está articulada internacionalmente para tratar de derrocar a los gobiernos progresistas.
Explicó a los jóvenes que los golpes blancos tienen etapas: la de ablandamiento, que genera matrices de opinión a través de los medios de comunicación; de deslegitimación, que es la manipulación de los prejuicios ideológicos; de calentamiento en las calles, que busca generar conflictos y movilizaciones callejeras; y la de desestabilización que se relaciona con la organización de marchas y la toma de instituciones emblemáticas.
Indicó que 4 de esas 5 etapas aplica la derecha en el Ecuador, y que se lo puede evidenciar justamente con el cierre de carreteras y protestas. Por ello, indicó que eso debe ser rechazado pero no por la policía sino por la ciudadanía.
Refutó el juego que le hacen a la derecha los medios de comunicación en el objetivo de desestabilizador. A su vez, aclaró que no es que en Ecuador no haya libertad de expresión, sino que los medios ya no tienen impunidad y esos le duele y por esos “nos la tienen jurada”.
También se refirió al auge de organizaciones no gubernamentales (ong) que bajo el pretexto de no perseguir fines de lucro persiguen fines inconfesables contra gobiernos progresistas, financiados por la extrema derecha internacional.
Habló del ambientalismo colonial que defiende cierto sector de la oposición y la falsa izquierda, y pidió a los jóvenes estar alertas porque “nos quieren vender la paz del colonialismo”.
Invitó a los jóvenes “a ver claro, a sentir hondo y a obrar recio, para no dejarse engañar con discursos románticos, con cantos de sirena”.
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