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jueves, 20 de agosto de 2015

Militares retenidos en comunidad indígena en Ambato fueron liberados

Fernando Cerón, asesor legal del Movimiento Indígena de Tungurahua, informó sobre la liberación de los 30 militares que permanecían desde hace varias horas retenidos en la comunidad de Ambatillo Alto, ubicada a 40 minutos de Ambato, en una zona de los páramos de la provincia.


 
  
Los uniformados, pertenecientes a la Brigada de Caballería Blindada Galápagos, están en buenas condiciones, confirmó Cerón.

Los militares habían sido retenidos cuando trataban de llegar al cerro Pilishurco, para evitar que los manifestantes se apoderaran de las antenas de transmisión de radio y televisión de diversos medios de esta provincia.

La comunidad se volvió noticia nacional por dos causas: fue declarada sede del Parlamento de Cabildos de Tungurahua, pues allí se analizarán las acciones del levantamiento, y por la retención de los militares.

Los cabildos comunitarios instalaron, lo que ellos denominan la mesa de debate en la escuela Reinaldo Espinoza. “No permitiremos que los medios de comunicación desinformen o solo den voz al Gobierno Nacional. Si no publican nuestros requerimientos y necesidades entonces tumbaremos las antenas de radio y televisión situadas en Pilishurco”, aseguraron.

Rosa Masabalín, vicepresidenta del Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT), dijo que el levantamiento indígena en Tungurahua acaba de empezar y solicitó la liberación de sus compañeros apresados y el archivo de las enmiendas constitucionales.

El ambiente tenso y amenazante para quienes no eran de las comunidades de la parroquia Ambatillo, lo que obligó a los periodistas de diversos medios nacionales a cuidar sus equipos y las frases que pudieran articular. Cualquier mal gesto o palabra disonante era tomada como una injuria.

Los militares y policías apostados en ese lugar recomendaban a los comunicadores que se alejaran de los grupos violentos. “No los filmen ni les hagan fotografías de los rostros…tengan mucho cuidado los pueden golpear a ustedes o a sus equipos”, susurraban los uniformados.

En rueda de prensa, que se realizó en el patio de la escuela, los dirigentes permitieron a los camarógrafos, fotógrafos, presentadores de noticias y reporteros solo escuchar las declaraciones de los dirigentes, pero sin realizar preguntas. Eso sí permitieron que el teniente Miguel Armendariz, jefe del grupo de militares retenido, hablara al micrófono y desmintiera maltratos o el secuestro.

Armendariz así lo hizo y no tuvo otra opción pues sus palabras las escuchaban con mucha atención más de 500 personas. Mientras esto ocurría adentro de la escuela en las afueras la asambleísta de AP, Betty Carrillo, hizo un acercamiento con el presidente de la junta parroquial de Ambatillo.

“Consideré necesaria mi presencia en este lugar para informar lo que el Gobierno Nacional está haciendo y aclarar dudas. No tengo miedo de estar aquí, pues sé que la gente es buena.

Propuse iniciar el diálogo en un sitio que garantice la seguridad y el respeto hacia los que participen”, dijo la asambleísta que, sin embargo, tuvo que elegir una vía apartada para evitar a los grupos de protestantes que vigilaban cada paso de los periodistas.

Tras finalizar la rueda de prensa, los cabildos decidieron expulsar a los militares de la zona y en grupos se organizaron para poner acción a la palabra. Cientos de comuneros forzaban a los uniformados a abandonar sus puestos de avanzada.

“Decidimos no usar bombas lacrimógenas para evitar que nos retuvieran pues había muchos niños y mujeres”, explicó Armendariz brevemente antes de ser devuelto al aula donde permanece con sus compañeros de armas.

Más temprano Lira Villalba, gobernadora de Tungurahua, manifestó que apenas se supo del hecho el fiscal indígena se trasladó al lugar de los hechos.

La Gobernación esta mañana estaba resguardada por policías y vallas protectoras pues, además, los manifestantes habrían amenazado con tomarse instituciones públicas esta tarde.
                                                        




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