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jueves, 17 de septiembre de 2015

Siguen las agresiones de la policía metropolitana de Guayaquil, esta vez fue un humilde comerciante de helados

En la calle Santa Elena y Franco Dávila, en el centro de Guayaquil, los dueños de varios locales comerciales no abrieron ayer las puertas ni atendieron al público durante la mañana.

 
  
La razón del cierre: evitar involucrarse en el caso del heladero artesanal que denuncia la agresión de elementos de la Policía Metropolitana (PM).

“Esto pasa abierto normalmente, los comerciantes del sector tienen miedo de hablar y que el Municipio tome represalias o los clausure”, concluyeron trabajadores ambulantes, que se concentraron en el lugar para presenciar el reconocimiento del sitio donde le rompieron la cabeza al vendedor José Salazar.

El fiscal César Peña y un elemento de Criminalística recorrieron la esquina del suceso y la tienda (la única que estaba abierta ayer) donde estaba el televisor que veía el comerciante agredido.
En uno de los frigoríficos del local, irónicamente, está un adhesivo con la imagen de un sonriente Jaime Nebot Saadi en el que se lee: ‘Raya toditito 6-Madera de Guerrero’.

Justamente la diligencia realizada fue parte de una nueva investigación contra los guardias metropolitanos.

José Salazar, frente a las autoridades presentes, ratificó su denuncia: “Estaba parado en este poste, con mi carrito de helados, cuando por atrás aparecieron los metropolitanos y uno de ellos me rompió la cabeza con una tapa de acero”.

Al reconocimiento no aparecieron los uniformados de la PM. Según el fiscal, todos fueron notificados sobre la diligencia. Adelantó que el miércoles próximo tienen que comparecer 3 elementos de la PM, ante el Ministerio Público, para que rindan sus versiones de lo ocurrido.

Entre ellos está Marco Cuvero Vélez, director de la Policía Metropolitana, quien es un general retirado de la Policía Nacional. En la convocatoria del martes pasado no se presentó.

En caso de no acudir, tendrán que hacerlo acompañados por la fuerza pública, de acuerdo a lo que establece el Código Orgánico Integral Penal (COIP)”.

El comerciante Ramón Flores, quien presenció el problema, contradice la versión de los empleados municipales. “Nadie les rompió los vidrios de la camioneta (municipal). Nadie se metió con ellos. Salieron corriendo”, relató.

En una rueda de prensa, efectuada la semana pasada, los celadores del Cabildo porteño expresaron que ellos fueron agredidos por una turba, mientras advertían al heladero artesanal que se retirara y que no venda el producto en la zona regenerada.

Ordenanza contradictoriaLa concejala Lídice Aldás, del bloque de PAIS, comentó que hoy entregará un documento a Nebot en el que solicita al burgomaestre el cambio en la ordenanza municipal y en el reglamento que promueven los decomisos de las herramientas de trabajo y productos a los vendedores ambulantes.



“Hay unos elementos que se deben tomar en cuenta: ¿cómo se puede llamar retención temporal a la retención y destrucción (de los objetos)”.

La edil expresó que el abuso de la fuerza de la PM es repetitivo. Recordó la agresión de los 4 metropolitanos a los vigilantes de tránsito en marzo; y el maltrato a la vendedora de agua María Quiña, en enero.

Por esa razón, en este año se conformó una comisión especial para revisar la estructura de la fuerza de choque municipal. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido hablar personalmente con Cuvero.

El Reglamento para el Control y Destino Final de los Bienes Decomisados por la Policía Metropolitana fue creado en 1997 por la administración municipal socialcristiana de León Febres-Cordero (+) y continúa vigente con su sucesor y coideario Jaime Nebot Saadi.

En su disposición transitoria ordena: “Los bienes no perecibles y que hasta la promulgación del presente reglamento se encontraran por más de 90 días en las bodegas del Municipio se tendrán como abandonados y se procederá a su donación o destrucción”.


(Con información de El Telégrafo)       
                                                 




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