ELECCIONES eCUADOR 2017
Juan Fernando Velasco es una joven leyenda viva de la música nacional. Con dos nominaciones a los Grammy Latinos y varios discos de oro a su haber, es uno de los compositores y cantantes más reconocidos de la historia.
En 2008 fue invitado por Juanes para representar a Ecuador en el concierto ‘Paz sin fronteras’, realizado en el Puente Internacional Simón Bolívar, en la frontera de Colombia y Venezuela, en uno de los momentos más tensos que ha habido entre los tres países que antes conformaron la Gran Colombia. Se ha cuidado mucho de hablar sobre política todos estos años, pero a pocos días de la segunda vuelta aceptó esta entrevista para argumentar por qué cree que debe haber un cambio en el rumbo del país.
¿Los artistas deben pronunciarse ante las elecciones?
Siento que es potestad de cada artista decidir su involucramiento con temas difíciles, sensibles y espinosos. Cada quien tiene su perspectiva y yo lo respeto. Sí me parece necesario que los artistas nos involucremos con el quehacer de nuestro país, ya sean temas sociales, políticos o culturales. No creo que haya que jugar roles proselitistas a favor de los políticos.
¿Qué incidencia pueden tener los artistas? Su concierto con Juanes fue crucial.
Uno sabe que tiene un impacto, pero no sabe hasta dónde. Cuando tuve la oportunidad de conversar con el presidente Juan Manuel Santos, me contó que Colombia estaba muy cerca de la guerra. Eso me sorprendió. Él me dijo que después de ‘Paz sin fronteras’ el tono del conflicto bajó.
¿Cómo ve este proceso electoral?
Creo que es una elección muy importante. Hay en juego dos modelos claramente determinados. Me parece que estos 10 años han polarizado a la sociedad ecuatoriana y por eso esta elección es tan relevante. No es un partido entre Católica y El Nacional, es entre Barcelona y Emelec.
Usted, siendo ecuatoriano, fue al concierto ‘Paz sin fronteras’, en Venezuela. ¿Qué le pareció que el Gobierno haya expulsado del país a Lilián Tintori?
La ciudadanía universal ha sido solamente para los que nos caen bien. Es muy fácil permitir el ingreso cuando esas personas piensan igual que uno. Sin que yo comulgue con lo que ella representa o piensa, me parece que fue un acto poco acertado. Con los mismos argumentos se podría haber negado el ingreso de Julian Assange. Estoy de acuerdo con la ciudadanía universal para todos.
¿Cree que en este Gobierno ha habido más dobles discursos?
Si bien ha habido un cambio en la justicia ecuatoriana, hay sonados casos de abuso de poder. En el juicio a El Universo, todos sentíamos que hubo una celeridad excepcional y una sentencia desproporcionada. El caso de Glas Viejó no tuvo celeridad.
¿Cómo ve el futuro del país?
El 2 de abril tiene que haber un cambio. Sea el candidato que gane. Si gana Moreno, va a tener que enfrentar todo lo que en estos últimos meses se ha destapado y ha puesto en tela de duda la transparencia y el buen accionar de las instituciones del Estado. Si él gana, tiene que limpiar la casa, porque la alfombra no da para meter más tierra.
¿Y si gana Lasso?
Va a barrer con todo. Pero Lasso también ha recibido denuncias que tiene que aclarar, como sus cuentas offshore. En todo caso, el modelo autoritario, de confrontación y de abuso de poder, no da para más.
¿Qué opina de Lenín Moreno?
Cuando fue Vicepresidente, tuve la oportunidad de conversar un par de veces con él. Solo puedo hablar de sus cualidades como ser humano: es un tipo conciliador, simpático. Él tendrá que explicarle al país sobre su misión en Ginebra y las relaciones de su familia con presupuestos del Estado. Pero, que él haya sido parte de este Gobierno no significa que será el continuismo ni tampoco que será diferente. Para mí es un misterio. Todos tenemos el referente de Colombia: parecía que cuando Uribe dejaba el poder, Santos sería su continuidad y fue totalmente distinto. La presencia de su binomio es lo que más me hace presentir una continuidad en el estilo.
¿Por qué?
Porque Glas sí fue un Vicepresidente que tuvo tremenda injerencia en las decisiones, estuvo a cargo de todo el aparato de sectores estratégicos. Gente de su entorno está relacionada con denuncias de corrupción. Claro que él puede no estar involucrado, pero toma muy malas decisiones al momento de elegir su equipo de trabajo. En cualquiera de los casos, yo no quiero que esa persona sea líder de mi país.
¿Y de Lasso qué opina?
Me parece que es un tipo inteligente, que tiene claro lo que quiere hacer. Ideológicamente, no comparto con él. Pero claro, en este momento Lasso se convierte en la única alternativa para lograr ese cambio. Y es impresionante ver cómo ha aglutinado a gente tan diversa. Esto solo se explica porque sectores que, si bien ideológicamente son más afines a la revolución ciudadana, están dispuestos a deponer sus posturas al sentir que hay una acumulación de poder que debe acabar.
¿Ve descontento?
Yo he sentido el peso de los impuestos y he visto el abuso. Hay gente que el abuso lo ha sentido en carne propia. Tengo amigos que han sido perseguidos, pero violentamente, por este Gobierno. No es un tema de ideología. Es como que venga alguien y te pegue o le pegue a tu hijo. Luego de eso, no estás pensando en la ideología, en las cosas buenas, las carreteras, escuelas u hospitales. Solamente sientes que hay que derrotar al matón. También hay que tener claro que la democracia no está asegurada con Lasso. Votar por Lasso es votar por Lasso. Es otra cosa la que está en juego.
¿Qué es?
Aquí está en juego decirle que no a un Gobierno que se acostumbró a tener todos los poderes y que llevó al extremo lo de que ‘el fin justifica los medios’. La historia, así como recordará las cosas buenas, le pasará factura y habrá cosas que, en aras del proyecto, serán injustificables.
¿10 años son suficientes?
Sí, yo siento que hay tres cosas que cambian la personalidad. Una: el dinero; dos: la fama, que cambia incluso más que el dinero; tres: el poder, que es la que más te afecta. El poder absoluto que ha tenido el Gobierno en estos 10 años, ha trastocado la lógica, la decencia, el genio y la razón. Y creo que el principal afectado es Rafael Correa. Se confunde, piensa que él es el Estado. Mujica no cambió con el poder. El problema también es que Alianza PAIS no es un partido, ideológicamente hablando. Siento que si juntas a Alexis Mera, René Ramírez, Virgilio Hernández, Doris Soliz y Marcela Aguiñaga, no sé de qué puedan hablar sin matarse. No entiendo cuál es la cohesión ideológica. Creo que Alianza PAIS es un club de fans de Rafael Correa. (MMD)
Frases
"No es un tema de ideología. Es como que venga alguien y le pegue a tu hijo. Luego de eso no estás pensando en las carreteras... Solamente sientes que hay que derrotar al matón”.
"Yo he sentido el peso de los impuestos y he visto el abuso. Tengo amigos que han sido perseguidos, pero violentamente, por este Gobierno”.
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