Un tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans decidió mantener la suspensión temporal que impide aplicar el alivio migratorio que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció hace 6 meses para regularizar a cinco millones de indocumentados.
El gobierno perdió la apelación que había prometido ganar en febrero, cuando un tribunal inferior de Texas optó entonces por congelar las medidas tomadas por decreto para evitar la deportación de miles de inmigrantes.
"Como el gobierno difícilmente tendrá éxito en los méritos de su apelación, negamos el pedido" de levantamiento de la restricción, determinaron los jueces del tribunal de apelaciones en un documento de 68 páginas.
Las medidas de Obama incluían la implementación del programa DAPA, para padres o residentes de ciudadanos estadounidenses, así como la extensión del DACA, que afecta a las personas que llegaron al país siendo menores de edad -también conocidas como "dreamers"-.
De entrar en vigor, ambos beneficiarían a entre cuatro y cinco millones de los 11 millones de inmigrantes que residen sin papeles en Estados Unidos.
La corte de Texas alegó en febrero que Obama se había excedido en sus funciones al ordenar las iniciativas de alivio migratorio, apoyando así el proceso iniciado por un juez federal de la localidad tejana de Brownsville en representación de 26 estados.
Los gobiernos de esos 26 estados reclamaban que las medidas suponen un considerable aumento de gastos no previstos en sus presupuestos, además de que representan una amnistía para extranjeros que permanecen ilegalmente en territorio estadounidense.
Poco después de conocer la decisión del tribunal de apelaciones, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, dijo que ésta representa "una victoria para aquéllos comprometidos en preservar el imperio de la ley".
La poderosa asociación CHIRLA, que lucha desde Los Ángeles por los derechos de los inmigrantes, lamentó "la confusión, indignación y decepción" que la decisión de los magistrados producirá en "millones de familias que han pasado gran parte de su vida dominados por leyes migratorias injustas".
Obama se había mostrado convencido en febrero de que sus decretos saldrán adelante "tarde o temprano".