Peña Nieto subrayó que el problema de la corrupción no es privativo de México, sino que es un tema de orden global.
El presidente Enrique Peña Nieto insistió en que la corrupción es un problema cultural y agregó que forma parte de la condición humana.
“Decía yo que este es un problema (la corrupción) a veces de orden cultural. Me he llevado por ello a veces algunas críticas que señalan que no es cultural. Si no lo fuera, porque además está en el orden mundial, no es privativo de nuestro país ni de nuestra sociedad, me parece que es un tema de orden global, está en todo el mundo y a veces más que aparejado a una cultura, lo está a una condición: a la condición humana”, aseguró durante la instalación del Consejo del Sistema Nacional de Transparencia.
“Lo que estamos haciendo… México si alguna vez entró tarde, sin duda hoy está dando pasos de avanzada en lograr mayor eficacia en la transparencia y en el combate a la corrupción… Ahora hemos establecido dos grandes pilares: un sistema de transparencia y un sistema para combatir la corrupción…”, indicó.
“Lo que estamos haciendo -a lo mejor le voy a dar con ello material a más de un caricaturista- pero el Estado mexicano y su sociedad, lo que estamos haciendo es domar, auténticamente la condición humana, llevarla por nuevos caminos, estableciendo parámetros, estableciendo límites, controles, obligando a la apertura y a la transparencia, estamos estableciendo nuevos paradigmas y lo más importante: no lo está haciendo sólo el Estado mexicano, sino lo está acompañando la sociedad civil.
“Entre todos estamos auténticamente domando y llevando para bien a nuestra nación a esa condición humana que ha venido evolucionando y que hoy adopta los signos y los parámetros de los cambios que se dan en el orden mundial y México es de los primeros en sumarse a esta evolución que se da en el mundo”, agregó.
El presidente remarcó que México necesita un cambio de mentalidad de la población y las autoridades; reconoció que este cambio “no se dará de la noche a la mañana” y, que tampoco, se logrará a partir de los discursos, sino de la participación real y efectiva de quienes quieren un cambio en el país.